domingo, 14 de octubre de 2012

El cuento de nunca acabar

Esto del dopaje es el cuento de nunca acabar, parece increible que sea la propia gente de dentro del mundo del ciclismo los que más echen mierda sobre él mismo.

Año tras año vamos viendo escándalos sobre el mismo tema, primero con el caso Festina, después con el Kelme y las declaraciones de Manzano, la Operación Puerto, los casos de dopaje en su día de Schumacher, Rasmussen, Bernard Khol, Sella, después con Alejandro Valverde, Alberto Contador y ahora con Lance Armstrong.

El tema Armstrong-US Postal supera todo lo anterior me atrevería a decir, tanto por magnitud de lo sucedido como por la importancia mediática del ser en cuestión.
Y ahora se abre la veda, la veda a todo tipo de valores, hechos y circunstancias. Aparece la verdad, la falsedad, la hipocresía,... Aparecen los heróes, los villanos, los mártires, los inocentes, etc...



En toda exposición me gusta ir por partes para aclarar mi postura y en este caso haré lo mismo.
El ciclismo no es el deporte en el que más uso se hagan de las sustancias prohibidas y si en el que más se persigue la utilización.
En otros deportes el uso de sustancias dopantes está igual de utilizado que en el ciclismo o más, otra cosa es la repercusión que haya de los positivos o sobre todo de la persecución de los organismos competentes se hagan de los tramposos.
Va en el ser humano, el ir más allá. Hacer el coche más veloz, el edificio más alto, el avión más grande, etc... y si no puedes lograrlo por tus méritos propios recurrir a lo ilegal, a lo que no es ético. Pero no sólo pasa en el ciclismo, sino que pasa en cualquier ámbito de la vida misma, políticos corruptos, banqueros estafadores, funcionarios mafiosos, etc... es algo con lo que no se puede generalizar por supuesto, pero que es más común de lo que parece, no viene en el adn del ciclista, sino que viene en los genes del ser humano.

Con las últimas declaraciones de Millar y el caso Armstrong se ha desencadenado montones de declaraciones de corredores implicados de una manera u otra en el US Postal, muchos de ellas llenas de arrepentimiento, pues bien diré que la gran mayoría no las creo, no creo la supuesta buena fe de las mismas, pues me suena más a la hipocresía de "cantar" porque me han pillado, la confesión de que no me quedaba más remedio porque todo el mundo lo hacía. Cómo comentaba antes se encadenan montones de apariciones de corredores, unos mostrando su repulsa por lo sucedido como Cancellara, otros como Leipheimmer asegurando que era lo común en la época, y otras como las de Jens Voight, contrariado con las declaraciones del mencionado anteriormente Leipheimmer asegurando que no todo el mundo se dopaba en aquella época, tesis apoyada por Pedro Horrillo, corredor ya retirado pero que competía por aquellas fechas.

Y, ¿adónde nos lleva todo esto? Lo que empezó por una caza de brujas contra una persona en concreto: Lance Armstrong se ha convertido en... nadie sabe en lo que se va a convertir, porque no es sólo un caso aislado de dopaje de un corredor determinado, o de varios corredores asesorados por el mismo médico, es un caso de dopaje del corredor con más Tours de la historia y que tras de sí lleva muchos otros nombres en esas técnicas de dopaje. Hombres que ahora adoptan el papel victimista, en los albores de su retirada como Hincapie, o ya varios años en el retiro (Landis, Hamilton, etc..) Que ahora hablan de todo el proceso del americano en la línea oscura, pero que callaron cuando tenían que haber hablado. Que ahora critican al americano, pero que no le denunciaron en su momento, que ahora le defenestran, pero que en su momento se aprovechaban de aquello, sobre todo económicamente, pues estar en aquellos años en el US Postal suponía estar muy bien remunerado.



No dudo de la credibilidad de las declaraciones de todos estos personajes, pero éticamente para mí ya han perdido su valor al no haberlas hecho en su momento o cuando lo primero que aseguraron y pusieron como moneda de cambio por hablar fue el salvaguardar su dinero y sus triunfos. Y para mí, como digo, pierden toda estima porque tengo la sensación de que se aprovecharon claramente de la situación. Cuando estaban al lado de Armstrong, el americano era un santo, todos le apoyaban, seguían sus directrices aprovechándose económicamente de ello, pero ahora Lance es el auténtico demonio, un sádico que les imponía sus técnicas dopantes, etc... sinceramente ni creo que antes fuera tan "santo" ni ahora tan demonio.

Si todos estaban tan arrepentidos y aseguran que era lo común, ¿por qué no denunciaron al sistema? ¿por qué no se plantaron todos? incluso los corredores del US Postal. Si hubiese sido una reivindicación global seguro que hubiese sido creíble por medios de comunicación y para los aficionados.

Pero cómo decía anteriormente, esto va más allá de un "mero" caso de dopaje más o menos organizado, o más o menos colectivo. En este caso estamos yendo más allá, estamos hablando de delitos de perjurio y estafa en los que habría incurrido Lance, y para mi lo que es peor, estaríamos hablando de que las cúpulas más altas del ciclismo de competición, la UCI, también se vería salpicada de manera muy negativa, pues cada vez son más las evidencias de que recibió donaciones por tapar un positivo en la Vuelta a Suiza, estando cada vez más evidente que de una manera u otra conocía lo que sucedía con el US Postal en general y con Lance Armstrong en particular.

También es peculiar el comprobar como numerosos corredores del pelotón dieron positivo tras salir de la estructura del US Postal, la lista es amplia como por ejemplo con Landis, Triqui Beltrán, Roberto Heras, hasta el propio Alberto Contador se vio implicado el año después de que Lance dejará el Astaná.... algo huele mal en todo esto y no sólo es el equipo americano que dirigía Johan Bruyneel en su día.

Tras leer decenas de artículos, opiniones, etc.. me dejan dos conclusiones, la primera es que la gran mayoría de las veces, en los casos de dopaje nos ceñimos al castigo hacia el corredor, pero nunca se va más allá. Casi nunca se trata o se castiga al médico, al director deportivo o como en este caso, habrá qué ver si se depuran responsabilidades entre las personas que estaban al mando de la UCI en aquellas fechas.
La otra conclusión que me deja todo lo leído, es que si en aquellos años, Ullrich se dopaba (como así reconoció Pevenage) Basso también, al igual que muchos de los primeros clasificados y aún así Lance ganaba de la manera que lo hacía, tal vez simplemente lo hacía porque era el que más entrenaba, porque aún así era el mejor del mundo en el mes de julio...

El dopaje siempre es un tema candente, capaz de sacar a cualquiera de razonamientos lógicos y capaz también de que cualquier aficionado al ciclismo se pueda venir abajo por culpa de todo lo que se habla de nuestro deporte favorito, pero hay algo que me gustaría dejar claro, que pase lo que pase el ciclismo nunca morirá y nunca morirá por la sencilla razón de que aquellos que disfrutamos cada día, cada fín de semana de nuestra pasión, aquellos que disfrutamos sufriendo al subir un puerto, o que disfrutamos cuando el aire roza nuestro rostro al descender ese mismo puerto, los que disfrutamos saliendo con la grupeta, o parando a almorzar con los compañeros de peña,  los que nos levantamos igual de pronto un domingo para salir con la bici que un martes para ir a trabajar o los que salimos a la carretera haga frío o haga calor no dejaremos que el ciclismo muera. Mientras muchos de nosotros sigamos haciendo amigos cada entreno, cada salida, en cada cuneta el ciclismo estará más vivo que nunca, a pesar de muchos.