domingo, 16 de octubre de 2016

Soñar no es gratis

No, no os preocupéis, no es un nuevo eslogan de la campaña del partido popular que nos quiera cobrar a cada uno por nuestros sueños. Si seguís leyendo estas líneas lo entenderéis.

Hacía mucho, mucho tiempo que no pasaba por aquí, unas veces por no tener ganas, otras por falta de tiempo, pero siempre por unas cosas o por otras nada de nada. Intentaré que no pase tanto el tiempo.

El título de esta entrada tiene un poco que ver con el sabor de boca que me dejó un poco el año/temporada pasada con la bici. Con la bici y en la vida misma, que se podrían cambiar, pues como todos sabéis, el orden de los productos no altera el resultado.

Por estas fechas, hace un año más o menos, me encontraba decidiendo un poco mis objetivos cicloturistas de la siguiente temporada. Han pasado muchos días, entrenamientos, rutas y demás, podría poner un montón de datos, momentos, sensaciones, pero me quedo con una conclusión.

No soy muy amigo de las frases motivadoras, algunas tienen sentido, dan qué pensar, pero terminan siendo empalagosas, en mi opinión.
Hay alguna con la que me quedaría ahora mismo, bueno no, un par de ellas. Si no luchas con todas tus ganas por un objetivo, no tienes derecho a quejarte después si no lo consigues y la otra es que sin esfuerzo no hay gloria. O algo así jeje

Ahora menciono el título del post. Soñar no es gratis y no, no lo es. El sueño en sí, si que lo es, podemos soñar muchas cosas, unas más inalcanzables y otras no tanto, pero en esos sueños deportivos, metas en la vida, cosas que queremos cambiar o mejorar, implican un camino

Un camino que no es de rosas, precisamente, que comprende esfuerzos, sacrificios, no sólo de uno mismo, sino también del entorno, que uno mismo para alcanzar los sueños necesita el apoyo de los demás, de su familia, de su entorno, o al menos que no te pongan zancadillas.

Como decía antes, podemos tener muchos sueños, pero también debemos saber que cualquier cambio cuesta, y tenemos que estar dispuestos a aceptar ese camino, con sus subes y sus bajas (como me gusta decir), si no somos capaces de asumirlo, esos sueños estarán condenados a no cumplirse de antemano.

Y cómo digo, esto se puede aplicar a los objetivos deportivos o a aspectos propios de la pura.

Ahora me encuentro con dos caminos, seguir lamentándome de algo que no tiene arreglo, o aprender de los "errores" cometidos y no volver a hacer lo mismo. En mi está, en todos nosotros está esa elección.