domingo, 24 de febrero de 2013

Sueños, ilusiones y mitos caidos


Recuerdo mis veranos, en los que aparcaba el balón, y recorría los caminos cercanos a mi casa con la bici de montaña. Muchas veces se la cogía prestada a mi hermano y salía con mis amigos o yo sólo. De manera "furtiva" pues si el club dónde competía se enteraba de que hacía ciclismo me buscaba un problema.

Tuve ídolos futbolistas, como la gran mayoría de los niños, pero también tuve muchos ídolos ciclistas, incluso más que en materia de fútbol. Me encantaban los Marino Lejarreta, los Perico Delgado, Laurent Jalabert, después los Michele Bartoli, etc... 

Como todo niño, veía con romanticismo todo lo que fuera la élite, la competición, los partidos, las grandes vueltas o las carreras de la extinta Copa del Mundo. Ese niño dio paso a un adolescente, ya más realista, con los ojos más abiertos, pero que aún era muy bisoño en ciertos aspectos. 

Casualidades de la vida, en uno de mis mejores momentos deportivos una lesión truncó mi carrera. Tuve que dejar la competición y el fútbol en general. En las operaciones para recuperarme, el traumatólogo me recomendó la práctica del ciclismo y ya ahí di rienda suelta a mi afición por el ciclismo que venía de muy atrás.

Intenté reengancharme al mundillo. Empezar a adquirir conocimientos de corredores, materiales, competición, etc... Al poder volver a andar en bici, después de muchas penurias, muchas operaciones, rehabilitaciones, kilos de más, etc... también volvieron mis sueños, mis pequeñas hazañas emulando a mis ídolos.

Hasta ahí nada fuera de lo normal, como cualquier niño o adolescente que "necesita" espejos en los de mirarse. Y realmente veo que todos esos sueños, esos mitos que tenían poco a poco van cayendo. Que el pedestal en el que los tenía se desmorona.

En la competición me sentía agusto, realmente me gustaba esa presión que sólo me daba los partidos claves. Me enamoraba el mundo competitivo, la élite, hacer lo que me gustaba y encima que me pagaran por ello, pero los últimos acontecimientos me han demostrado, sino estaba claro ya, que el mundo de la competición es cualquier cosa menos un mundo de color de rosa.

Dopaje, amaño de partidos, apuestas ilegales, dopaje financiero, y otros escándalos están a la orden del día. Eso es lo triste. Toda la vida intentando enseñar unos valores a través del deporte y ves que esos valores pueden tener cabida en el deporte base (y dificilmente) pero que en la élite en absoluto pueden tener presencia. 

Es duro ver que corredores que idolatraba, que soñaba con emular sus hazañas no jugaban limpio, leáse Alberto Contador, Alejandro Valverde, Manolo Saínz y otros muchos corredores. Por no mencionar el caso de Lance, un ejemplo de superación, salpicado por el dopaje y todo lo que ello rodeaba. Y lo peor no es esto, lo peor es que se está viendo que la sombra de la duda está muy presente y está clarísimo que no dar positivo no significa el haber ido límpio.
Si Manolo Saínz hizo lo que hizo en el Liberty quién me dice a mi que no lo hizo en la ONCE? Si lo hacía la ONCE, quién me dice a mi que no lo hacían otros equipos de la época? Como el Banesto, por ejemplo? Si Lance hizo lo que hizo en el US Postal, lo hizo en el Astaná? y si lo hizo en el Astaná y no ganaban, cómo iban los demás? Ves casos como Gilbert que un año en el Lotto con un médico arrasa y al año siguiente que cambia hasta septiembre estaba totalmente desaparecido. Y así podría enumerar muchos más casos. 
Un mundo que entre médicos, organismos oficiales, prensa, público y los propios corredores siembran la duda y no actúan por limpiar el nombre, de una vez por todas.

Pero aunque lo que me importa es el ciclismo, todo esto que estoy contando no se reduce al deporte de las dos ruedas, en todos los sitios cuecen habas y el dopaje también está en otros deportes, incluido en el fútbol. Y en el deporte rey está demostrado que se compran partidos (el año pasado en 2ª) y que por un defecto de forma todo y todos quedan impunes. El dopaje financiero de equipos que se endeudan 10 veces más de sus posibilidades y luego acuden a los resquicios legales para quedar indemnes y competir en condiciones más favorables que el resto. Equipos grandes que reciben tratos de favor. Casos de apuestas ilegales entre tenistas, entre futbolistas, en los deportes americanos, etc...

Esto es la élite? Esto es la competición? No nos engañemos, los mundos de "yupi" sólo existen en los dibujos animados. El ser humano siempre va a ir más "allá", superar los límites. En el deporte de competición se mueve demasiado dinero como para dejarlo todo al "azar" del propio deportista.

Pero no me vengo abajo, la competición es lo que es, pero sigo amando el ciclismo como el primer día o más. Para mí el ciclismo es acostarme pronto el sábado pensando en la ruta del domingo, rodar km y km con mi hermano, es estar deseando ir a Asturias para disfrutar de la bici con mi amigo Lolo, o bajar a Madrid para hacer lo mismo con mis amigos Víctor o Javier, es estar encantado escuchando a Ángel y sus conocimientos de preparación física, o con Bruis y lo que sabe ella de fisioterapia. Es sentir como corre el sudor por mis brazos en verano o sentir como el viento polar que asola Castilla en invierno recorre mi cuerpo. Ese es el ciclismo para mí.