Ayer disfruté de una salida corta, más de lo que desearía sin duda, pero mejor que quedarme en casa si que fue, no obstante habrá sido de las salidas con las bici que más he disfrutado. Día otoñal en cuánto a paisaje y colores, temperatura fresca al principio, pero luego enseguida entré en calor y lo mejor de todo. Solos mi bici y yo...
Elegí un recorrido circular que transcurre en una zona muy cercana a mi casa, fuí a buen ritmo para no llegar demasiado tarde a comer a casa, que luego la jefa se enfada je!
Cómo decía antes fue una de las veces que más he disfrutado, primero por las sensaciones y luego por el paisaje, por los colores, por la naturaleza.
Al leer esta entrada alguno de vosotros pensaréis qué ñoño soy, qué bucólico o algo parecido, pero es que me encanta el otoño, me encanta la sensación de rodar por el sendero y que éste esté repleto de hojas, hojas de todos los colores, disfrutar comprobando como los escasos rayos del sol penetran en los árboles, como al rozar una hoja te llevas la humedad del rocío... Y todo esto disfrutando de la pasión de la bici.
Parece increíble como a escasos 5km de la capital, de la urbe se puede disfrutar de la naturaleza, del sonido del agua discurrir por su cauce o simplemente de la flora y fauna. Lo mismo nos sucedió el otro día a mi hermano y a mi, estábamos rodando por un sendero del Pinar de Antequera, pulmón de la ciudad, pero que está dentro de los límites de la urbe, sin necesidad de irse kilómetros y se cruzaron ante nosotros un par de cervatillos correteando. Qué lástima que la gente no sepa valorar todo esto.
Siempre se asocia a ciclismo a verano, buenas temperaturas y sol, pero tanto el ciclismo de carretera, como sobre todo, el ciclismo de montaña tiene un encanto especial ahora en otoño y pienso seguir disfrutando de esta estación. Espero que vosotros hagáis lo mismo.
Un abrazo para tod@s
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